Tecnología, la otra pata sobre la que se apoya la Feria de Fráncfort




Por María Prieto (dpa)


Fráncfort, 14 oct (dpa) - Liberada de todo tipo de complejos, la Feria del Libro de Fráncfort, el mayor escaparate editorial del mundo, ha comprendido desde hace tiempo que su espina dorsal no debe basarse únicamente en la venta de licencias, sino que debe desmembrarse hacia el negocio del contenido.

Fuente de inspiración de películas, de series de televisión o de videojuegos, la literatura ha encontrado en la tecnología el mejor aliado para llegar a nuevos públicos.

Por eso no sorprende que la sección llamada "The Arts+", en la que se aglutinan proyectos creativos que beben de aplicaciones y desarrollos innovadores, gane cada vez más peso en el llamado "Mundial de los libros".

"Noruega va a ser invitado de honor en la Feria de Fráncfort en 2019 y el 'Museo (Edvard) Munch' va a ejercer de representante del país. Hemos venido aquí con un taller con el que exploramos estrategias digitales para implementar en el futuro en el museo", explica a dpa Nikita Mathias, coordinador de proyectos del museo dedicado al pintor expresionista.

A pesar de que la preocupación principal de esta institución cultural sigue siendo cómo presentar sus colecciones, entienden que no deben desaprovecharse las bondades que ofrecen los nuevos lenguajes.

"Queremos ver cómo llegar a población inmigrante o la gente que nunca visita un museo. Pero no se trata simplemente de la tecnología, lo fundamental sigue siendo el contenido y la experiencia de ver en directo las obras de arte", añade.

A pocos metros de este stand que expone algunas de las obras más conocidas de Edvard Munch, cinco visitantes, pertrechados con gafas en tres dimensiones y ajenos a lo que ocurre a su alrededor, se divierten a lomos de atracciones articuladas para niños que era habitual encontrar en los años 80 y 90 en la entrada de los bares.

"Hay gente que les echa una moneda, pensado que así van a funcionar", apunta Tim, de la start up de experiencias interactivas Dropstuff, originaria de Holanda.

Esta empresa ha traído a Fráncfort un proyecto que ya fue presentado en la Bienal de Venecia. "Es un simulador turístico con el que se puede visitar tanto Ámsterdam como Venecia, dos ciudades muy afectadas por el turismo masivo, ciudades utilizadas casi como una montaña rusa", explica.

"Queríamos crear una obra de arte que fuese una parodia de eso. Te sientas en estas atracciones y en dos minutos vuelas allí gracias a la realidad virtual. En vez de pagar 600 euros, pagas 2 euros", comenta.

Las gafas de tres dimensiones se erigen como el artilugio indispensable en esta sección de la feria, a la que también llegan los tentáculos del gigante Google. El buscador de buscadores presenta en Fráncfort una aplicación que permite recrear la misión comandada por Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins a bordo del Apolo 11.

"Ahora hemos llegado a la Luna. ¿Pueden ver los cráteres?", explica un instructor a una veintena de personas enfrascadas en las maravillas de la realidad virtual.

"Pues así un profesor consigue que toda la clase atienda a la explicación, porque los niños pueden vivir la experiencia y también puede ir leyendo la información correspondiente que explica qué fue lo que pasó", señala con gran entusiasmo a continuación.

El fervor tecnológico, no obstante, no acaba de prender en la audiencia, que tras sentirse inicialmente fascinada por encontrarse en el espacio exterior, se queja ahora de que falla la conexión a Internet y de que la pantalla se ha fundido a negro.

La edición 69 de la Feria del Libro de Fráncfort se celebra en la ciudad natal de Goethe hasta el domingo.

En ella se dan cita hasta 7.000 expositores de más de un centenar de países del mundo y se celebran hasta 4.000 eventos -entre lecturas, conferencias, foros de discusión y presentaciones- que buscan saciar la sed de narrativa de cerca de 300.000 visitantes.