El Dortmund no encuentra respuestas y está al borde del KO en Europa


Por Heinz Büse (dpa)
Nicosia, 19 oct (dpa) - Los gestos del arquero Roman Bürki valían -y decían- más que mil palabras. Tras el empate 1-1 ante el Apoel Nicosia, en la Liga de Campeones, el guardameta se fue al autobus del equipo con la cabeza gacha, lo más lejos posible de los micrófonos y las cámaras.


El resultado dejaba al equipo alemán al borde del KO en el torneo, pero el suizo, en particular, prefirió no hablar de el error que cometió durante el duelo. Ante el silencio, el espaldarazo vino del técnico Peter Bosz.

"Es cierto, cometió errores. Él mismo lo sabe. Pero también nos ha ayudado muchas veces. Ahora el equipo debe estar ahí para él", explicó el estratega holandés.

El error de Bürki coincidió con un opaco partido del Dortmund, hasta hace poco alabado por su juego. A los 61', el arquero no pudo atrapar un remate de Lorenzo Ebecilio. Mickael Pote, que estaba cerca, capturó el rebote y abrió el marcador para el local.

"Esto también sucede a los mejores del mundo, incluso a Manuel Neuer de vez en cuando", expresó Marcel Schmelzer, capitán del cuadro alemán, para respaldar a su compañero, que recibió repetidas críticas esta temporada.

Pese a los errores, su titularidad no está en juego, al menos según Michael Zorc, el director deportivo del equipo. "Obviamente ayer (el martes) no tuvo fortuna. No era su día. Pero Roman era nuestro número uno y sigue siendo nuestro número uno. No hay ninguna discusión en eso", ratificó el dirigente.

El tanto del griego Sokratis Papastathopoulos, cinco minutos más tarde, limitó la frustración del Dortmund. Pero, al igual que en la derrota 3-2 ante Leipzig tres días atrás, el equipo no tiene el desenfado que le dio varias victorias brillantes la temporada pasada.

En Chipre, el cuadro de Bosz exhibió un juego poco profundo, sin demasiados pases vertificales. "Eso no puede pasarnos", estimó el volante Mario Götze.

Las posibilidades de sobrevivir al Grupo H, en todo caso, ya son mínimas. Disputadas tres jornadas, el Real Madrid y el Tottenham son líderes con seis puntos, seis más que el Dortmund, que ni siquiera puede preciarse de una victoria y comparte el fondo de la tabla con el Apoel.

Bosz, realista, pareció capitular. "Hay que ser sinceros. Ahora será muy, muy difícil. Nuestra única posibilidad es ganar los tres próximos juegos". Zorc fue aún más crudo: "No soy soñador, sino realista, para nosotros se trata ahora de asegurar el tercer lugar".

Las últimas actuaciones, frente al Augsburgo, el Leipzig y el Apoel parecen señalar que el esplendor del primer periodo de Bosz ha ido desapareciendo. El equipo luce inseguro. "Hay que decir con sinceridad que no hemos tenido tan buenas actuaciones como antes. Todo lo que salió bien y fácil en las primeras semanas, parece forzado en este momento", reconoció el entrenador.

Nadie quiere referirse, sin embargo, a una tendencia negativa. "No tenemos ahora una crisis", dijo por su parte el mediocampista Julian Weigl. Una respuesta similar dio Schmelzer: "Lógicamente tenemos ahora una pequeña (mala) racha. Pero no podemos confundirnos con eso ahora, incluso si no hay una mejora pronto".

El calendario no da tregua: las próximas semanas vendrán con partidos complejos, fuera de casa ante el Eintracht Frankfurt y el Hannover, y en el Iduna Park ante el Bayern Múnich.

"Debemos mostrar una reacción el fin de semana y lograr los tres puntos y confianza en nosotros mismos", resaltó Schmelzer. "Tenemos que volver a concentrarnos en la Bundesliga, para que esto no nos pase allí también".