BCE reduce a la mitad sus compras de deuda pero amplía su duración


Fráncfort, 26 oct (dpa) - El Banco Central Europeo (BCE) inició hoy un nuevo ciclo al anunciar que a partir de enero reducirá a la mitad el volumen de su programa de compra de activos a 30.000 millones de euros mensuales desde los 60.000 actuales y precisó que prolongará su duración en nueve meses hasta septiembre de 2018.


"Extenderemos las adquisiciones hasta finales de septiembre de 2018 o más allá, si fuese necesario, y hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación", recalcó el presidente de la entidad, Mario Draghi, al leer el tradicional comunicado introductorio ante la prensa reunida en Fráncfort.

Con el paso dado hoy, el BCE inicia el regreso a la normalidad, después de activar en marzo de 2015 una política monetaria ultraexpansiva con el propósito de plantar cara a una crisis financiera que amenazó de muerte al euro y situó el nivel de precios por los suelos.

"La decisión tomada refleja la creciente confianza hacia el objetivo de inflación", explicó un optimista Draghi que recordó que la actuación de Fráncfort contribuyó a la actual situación de crecimiento en la eurozona y a crear siete millones de empleos en los últimos cuatro años.

"La inflación no está todavía cerca de nuestro objetivo", admitió el banquero italiano. No en vano, el mandato del Banco Central Europeo es mantener el nivel de precios en un valor cercano pero inferior al dos por ciento y, en septiembre, la inflación en los 19 países del euro se mantuvo por en 1,5 por ciento, el mismo valor que un mes antes.

Mario Draghi también reveló que la decisión tomada hoy no fue tomada de forma unánime por los miembros del Consejo de Gobierno, aunque indicó que una amplia mayoría de banqueros era partidario de no fijar una fecha de finalización del programa de compra de deuda.

"La situación actual necesita confianza en que lograremos alcanzar nuestro objetivo (...) Tenemos que ser pacientes y persistentes. El debate de hoy reflejaba diferentes niveles de confianza, de paciencia, de persistencia y de prudencia", puntualizó.

Con el cambio de timón dado hoy, que implica una retirada paulatina de estímulos que conjuga un recorte del volumen de adquisición de bonos con una prolongación de nueve meses del programa, el BCE persigue evitar posibles movimientos bruscos en los mercados.

Esta es ya la segunda vez que la autoridad monetaria aplica cambios en el plan conocido como QE por sus siglas en inglés.

En diciembre del año pasado, Draghi sorprendió a los mercados financieros al anunciar que recortaría el programa de recompra de activos a partir de abril de 2017 desde los entonces 80.000 millones de euros mensuales a los 60.000 millones al tiempo que extendió dicho plan en nueve meses.

Ahora, el banquero central sigue la misma estrategia y, apostando de nuevo por la flexibilidad que otorga el instrumento, reduce en 30.000 millones de euros las compras de deuda pública y privada que el BCE realiza con carácter mensual y prolonga, de nuevo, su duración.

Con las compras masivas impulsadas por Banco Central Europeo desde hace más de dos años, Draghi ha inundado de liquidez el mercado, lo que se ha traducido en una caída de los réditos de la deuda pública que ha servido para que empresas y Estados pudiesen financiarse de forma más barata en los mercados.

Preguntado por el desafío soberanista en Cataluña, señaló que la entidad monetaria sigue con "gran atención" todo lo que ocurre pero evitó comentar el impacto que podría tener en la economía española.

"Es muy muy difícil comentar la evolución de acontecimientos que cambian cada día. Por supuesto que seguimos lo que pasa y la importancia de lo que pasa es significativa", afirmó el banquero italiano.

"Concluir ahora que habría un riesgo para estabilidad financiera podría ser prematuro pero vamos a ver qué pasa. Observamos lo que sucede con atención, con gran atención", agregó.

Reunido en Fráncfort, el Consejo de Gobierno del BCE mantuvo hoy la principal tasa de interés de la zona euro en el cero por ciento, su mínimo histórico y también optó por mantener invariables los tipos que penalizan los depósitos que los bancos guardan en la caja fuerte de Fráncfort, que se mantienen en el 0,4 por ciento negativo.

Asimismo, confirmó que mantendría la barra libre de liquidez a la banca europea hasta, al menos, 2019.