Un profesor excepcional: Wildor Hollman dicta clases a los 92 años

Por Olivia Konieczny (dpa)
Colonia, 1 may (dpa) - Cuando Wildor Hollmann da una clase, los estudiantes se apretujan en el piso o se apiñan en las ventanas. No queda un solo espacio libre. Los estudiantes no están obligados a asistir a este seminario, tampoco deben dar exámenes.
Acuden por puro interés. Quieren escuchar al famoso médico especializado en deportes, que a los 92 años aún no piensa en retirarse de las aulas, si bien se ha jubilado hace mucho tiempo.

El semestre acaba de comenzar. Hollmann dicta sus clases magistrales en la Escuela Superior de Deportes de Colonia, donde transmite "conocimientos académicos básicos y generales". El punto de partida, según Hollmann, es nada menos que el origen del universo. Luego siguen temas como el origen del sol, la tierra, la vida y el ser humano.

La intención de Hollmann es convertir a posibles especialistas limitados a su campo laboral en "seres humanos versados en la vida en general". El profesor aprecia mucho a sus alumnos. Éste es el motivo por el cual continúa frente al aula, "porque me depara una enorme alegría trabajar con gente joven", afirma.

Dado que, en su opinión, los planes académicos actuales no dan gran relevancia a la cultura general, Hollmann incluye aquí y a allá un par de datos históricos en sus charlas.

Si bien no es poco común que profesores en retiro continúen relacionados con las instituciones donde han trabajado ofreciendo su experiencia, el "profesor Hollmann es una excepción", señala Matthias Jaroch, portavoz de la Asociación de Escuelas Superiores Alemanas.

Hollmann, médico e investigador, es un caballero de la vieja escuela. Lleva corbata y se adelanta a abrir la puerta para que pase una mujer. Sobre su escritorio descansa un portafolios negro, el cuero desgastado refleja el paso del tiempo y de los agitados años que marcaron la meteórica carrera de Hollman.

Nació en 1925 en la ciudad renana de Menden, en la región del Sauerland. Tras estudiar medicina en Colonia fundó en 1958 por iniciativa propia el Instituto de Investigación de la Circulación y de la Medicina del Deporte. La entidad tiene hoy renombre internacional. En 1965 Hollmann fue titular de la cátedra de Cardiología y Medicina del Deporte, en 1970 asumió el cargo de rector de la Escuela Superior de Deportes.

Sus estudios sobre la influencia del deporte en la salud y la capacidad de rendimiento también lo hicieron conocido fuera de las fronteras de Alemania. Hollmann fue presidente honorario de la Federación Internacional de Medicina del Deporte y presidente de la Sociedad Olímpica Alemana. También asesoró a la selección alemana de fútbol, fue miembro de la junta consultiva de la Cámara Federal de Médicos y asesor del ministro de Defensa. A lo largo de su carrera recibió 34 premios por investigaciones científicas y fue condecorado con la Gran Cruz Federal de Mérito de Alemania.

El profesor hacía viajes de tres meses, su destino era a menudo Japón. Investigaba, daba conferencias y publicaba artículos. Su esposa se ocupaba de sus dos hijos en su casa en Brüggen, Renania. A pesar del gran número de actividades, el profesor siempre tenía tiempo para sus estudiantes: más de un millar presentaron su tesis y su doctorado en la cátedra de Hollmann.

¿La receta de su éxito? Según relata el profesor, le dijeron ya a temprana edad que tenía una "memoria anormal". Lo que escucha, lo retiene en mente.

La política también le sirvió de ayuda, agrega el nonagenario catedrático. En las épocas en las que la ciudad renana de Bonn era la capital de Alemania Occidental y más de un ministro temía estar al borde de un infarto, la medicina preventiva de Hollmann cobró gran auge. "Los ministros venían a la consulta uno tras otro", recuerda el médico.

¿Cuál es su consejo para los jóvenes? Que aprovechen cada oportunidad de estar activos mental y físicamente. "Y autodisciplina", agrega el profesor de 92 años que continúa entrenándose dos veces por semana en el gimnasio y subiendo 200 escalones cada día.