Un aristócrata en problemas: El Weimaraner se vuelve un perro de moda

Por Ingo Senft-Werner (dpa)

Weimar (Alemania), 12 abr (dpa) - Con su pelaje color gris plateado y los ojos color ámbar, el Braco de Weimar o Weimaraner es el aristócrata entre los perros. Su nombre se remonta a la época del Gran Duque Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach.
Hace 110 años el club de Braco de Weimar de la ciudad de Erfurt determinó las características de esta raza y se comprometió a vender estos perros de caza sólo a expertos.

"Pero esta regla se viola cada vez más", señala con pesar el presidente de la entidad alemana, Egon Gassmann. "Sobre todo en Estados Unidos, la tendencia es utilizar al Braco de Weimar como un perro de exposición", agrega.

"Para nosotros lo que cuenta es el rendimiento del animal como perro de caza. Si además es bonito, genial, pero no es lo decisivo", explica Gassmann.

"Los Braco de Weimar son perros muy cariñosos y equilibrados, y muy buenos guardianes". Los cazadores los utilizan para hallar el rastro de la caza y portarla cuando fue alcanzada por el disparo.

La asociación rechaza que se los use como mascotas de moda. "Sólo criamos unos pocos ejemplares a pedido". En total son unos 600 cachorros por año. En Alemania hay aproximadamente de 6.000 a 7.000 perros de esta raza y componen un segmento menor del conjunto de perros de caza. "No queremos más", asegura.

Distinta es la situación en Estados Unidos. "Ahí sólo cuenta el aspecto del animal y si combina con los colores del auto descapotable", se indigna el criador de esta raza.

Desde que Dwight Eisenhower adquirió una perra Braco de Weimar en 1956 estos perros se cuentan entre los más selectos. Los estadounidenses los llaman “Grey ghost", fantasmas grises, y entre las celebridades que tuvieron Braco de Weimar figuran Frank Sinatra y Grace Kelly. En último tiempo el fotógrafo William Wegman causó furor con un álbum de fotos de Bracos de Weimar vestidos con ropa y en poses humanas.

"Después de la Segunda Guerra Mundial los norteamericanos requisaron casi todas las estirpes de esta raza", cuenta Thomas Kümmel, propietario de una escuela para perros en Weimar. Kümmel propone que se declare a esta raza como animal nacional de Turingia.

"Los estadounidenses no entienden que los alemanes, y en especial los habitantes de Weimar, no quieren que el Weimaraner se comercialice". Si dependiera de Kümmel, Weimar podría transformarse en una Meca para propietarios de esta raza del mundo entero. "Tenemos algo más que ofrecer que Goethe y Schiller", asegura.

Por otra parte, este perro no sirve para mascota de moda. “Su instinto de caza está muy desarrollado", dice el criador Gassmann, quien saca a sus perros a correr un promedio de cuatro horas por día.

Por su parte, Kümmel narra que suelen venir a su escuela propietarios de Bracos de Weimar que ya no saben qué hacer con su perro. “Es muy activo", se queja una dueña torciendo los ojos. En la escuela esta señora aprende las reglas básicas para el manejo de Basko, de un año de edad. “Estuve a punto de arrojar la toalla", añade.

Según Gassmann, esta es una experiencia que suelen hacer los propietarios de los Braco de Weimar, lo cual no impide que crezca la demanda de estos animales. Criadores polacos, checos y húngaros de Braco de Weimar los ofrecen por internet a cualquier oferente.

“Los paseantes pagan más que los cazadores", se lamenta Gassmann, quien espera que el destino no les depare la misma suerte que a los Irish-Setter o a los Spaniels. “Antes estos animales eran excelentes perros de caza". Él sabe, sin embargo, que es muy difícil impedir que esto ocurra.

"Casi todos los perros de moda fueron alguna vez perros de caza, desde el Caniche y el perro salchicha al Golden Retriever", cuenta Kümmel. Este proceso de transformación lleva unos 20 años.

Sin embargo, el Braco de Weimar tiene una característica que lo pone a resguardo de cruzas con animales más mansos: pierde el pelaje gris y el color ámbar de sus ojos que le dan su aire tan particularmente aristocrático.