Preso político cubano enfermo de VIH exige atención médica con una huelga de hambre

MARTÍ

El preso político Reinier Rodríguez Mendoza, paciente de VIH-SIDA, “se encuentra en huelga de hambre desde hace 15 días” en exigencia de una mejor atención médica, dijeron fuentes de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) a Martí Noticias.


En un mensaje enviado a esta redacción, Katerine Mojena, activista de esa organización opositora escribió sobre Rodríguez Mendoza: “Es paciente de VIH y tiene Hepatitis C, se encuentra en huelga de hambre hace 15 días exigiendo que se le de tratamiento médico adecuado y que sea trasladado hacia otro destacamento, porque actualmente se encuentra en uno de máxima severidad junto a presos con condenas de más de 30 años y está siendo maltratado”.

Rodríguez Mendoza ingresó a la Prisión para enfermos de VIH_SIDA de San José de las Lajas, provincia Mayabeque, el 9 de julio de 2016, acusado por un presunto delito de “desorden público”, una de las principales figuras jurídicas conque el régimen cubano penaliza a los disidentes.

La hermana del encarcelado, Leydis Rodríguez Mendoza, declaró a activistas de UNPACU que cuando exigió explicaciones en el centro penitenciario le dijeron que “Reinier tenía un tumor en el hígado y que en ese estado no valía la pena trasladarlo hacia un hospital”, por lo que solo recibe atención en la enfermería de la cárcel.

En un material de video publicadopor el periodista Serafín Morán Santiago, y realizado dentro de la prisión, el mismo Rodríguez Mendoza acusa de sus problemas a la Dra. Sucell Cruz Hernández, jefa de Servicios Médicos del penal y al Eloy (ininteligible en el audio) Tamayo, jefe de orden Interior.

“Son los mayores culpables de todas las cosas que están pasando aquí (…) y el mayor Luis. Ellos están conscientes del brote de tuberculosis que hay aquí y aun así dejan morir a los presos, los están matando”, testimonia el recluso.

En la misma entrevista Morán Santiago indaga con la hermana de Rodríguez Mendoza por las gestiones para mejorarle la vida a su hermano, quejas presentadas a Fiscalía en diferentes instancias, así como la dirección del penal. Luego de infructuosos intentos, revela una arista del entramado del sistema de salud cubano.

“Mi hermano usa unos retrovirales que no había ahí”, explica la mujer y duda “según ellos, en la prisión no los había ahí y entonces se los tuve que resolver yo en la calle, y se los tuve que llevar yo”.

Fuentes de la Unión Patriótica de Cuba han reportado que tienen más de 50 activistas en las cárceles por motivos políticos.