Caso de maratonista tico preso en Cuba por narcotráfico afecta a toda su familia


MARTI

El ciudadano costarricense Javier Araya Agüero, de 50 años, permanece detenido en Cuba desde su arribo al Aeropuerto Internacional “José Martí” este 1ro de enero de 2017, acusado por complicidad con el narcotráfico.

Su esposa, la cubana Yadira Despaigne Rodríguez, aseguró a Martí Noticias que ambos están acusados del mismo delito.

La mujer de 32 añosestá bajo reclusión domiciliaria en La Habana. Su esposo, luego de 45 días en la unidad policial conocida como 100 y Aldabó, fue trasladado para la prisión "La Condesa", un reclusorio para extranjeros ubicado en el municipio Güines, provincia de Mayabeque.

“Llevamos ya tres meses en Cuba y no nos dicen nada. Fui a 100 y Aldabó y el instructor me ha dicho que tengo que seguir esperando, porque los papeles (de la acusación) fueron a Fiscalía y es Fiscalía quien decide”, expresó la señora Despaigne Rodríguez.

La mujer dijo que ambos llegaron a la isla con sus hijos Shaneida Araya Despaigne (1 año de edad) y John Araya Despaigne (5 años).



En el mismo aeropuerto capitalino fueron detenidos y permanecieron “en un salón de espera, sin comer nada, desde las doce del mediodía hasta las diez de la noche”.

Según refirió la mujer, ellos recomendaron al ciudadano cubano Luis Alberto Chacón Salazar, residente en Costa Rica, para que llevara paquetes desde Costa Rica a Cuba por el pago de un pasaje, a través de Ricardo Muñoz Sosa.

Las cosas se complicaron cuando Chacón Salazar arribó al aeropuerto a inicios de 2016. Allí fue detenido supuestamente con una cantidad -aún desconocida- de drogas y está recluido con Araya en estos momentos en la misma prisión.

La conexión, dijo Yadira, es Muñoz Sosa, un joven estudiante de Administración Empresarial, hijo de un médico cubano radicado en el país tico.
‘Sospechosos’ en un aeropuerto cubano

Según el relato de la mujer ella y sus hijos fueron custodiados por dos policías hasta las 8:00 de la noche dentro de la terminal aérea, en medio de interrogatorios y toma de muestra de orina y huellas dactilares.

“Me llevaron a un hospital a hacerme una radiografía y me preguntaban que dónde estaba la droga. A mi esposo se lo llevaron preso y a mí me dejaron en la casa de alquiler a donde me iba a quedar”, indicó Despaigne.

Desde entonces a la fecha Yadira Despaigne y sus hijos están al amparo de un familiar en la capital pero "no puedo ir a mi casa", aseveró refiriéndose su pueblo natal de Palma Soriano, en la provincia Santiago de Cuba.

Según Despaigne, en un careo realizado en presencia del instructor policial en la prisión “La Condesa”, Chacón Salazar negó cualquier vínculo de Araya con el caso de narcotráfico.

“El señor afirma que sí, ‘que Don Javier es un hombre bueno, trabajador, que no tiene que ver nada, que él nada más lo recomendó’, pero bueno, las autoridades son las que deciden”.

Araya Agüero es un conocido maratonista en su país, y por los datos ofrecidos por su esposa, el mismo ha corrido las maratones de Bostón, San José (CR) y el Marahabana en varias ocasiones.

En San José, donde residen, el señor Araya tiene dos negocios: una macrobiótica para la venta de medicamentos naturales y varios apartamentos de su propiedad para la renta pública.

En favor de su esposo la señora Despaigne declaró que “él no tiene vicios, es maratonista, ha venido a correr aquí a Cuba al Marahabana, es una persona íntegra. No toma, no fuma… un hombre de 50 años que nunca ha tenido problemas ni en Costa Rica ni en Cuba”.
Sin atención consular aún

Desde el inicio del proceso judicial, Despaigne Rodríguez asegura haberse comunicado con el consulado de Costa Rica en La Habana, sin resultado alguno. “En todas las ocasiones me ponen con Flora (Flora María Clavo, Consejera del consulado), pero dicen que no pueden hacer nada”.

Martí Noticias contactó con la diplomática mencionada y ésta declinó hacer declaraciones, aunque remitió a la cancillería costarricense con la diplomática Elena Meissner Montero. La cancillería tica permanece cerrada en Semana Santa, por lo que no pudimos obtener otra reacción.

“Llamé a la cónsul y me dijeron que ella no puede hacer nada, que yo tenía que esperar a que las autoridades cubanas decidieran. Le dije que mi hija menor es asmática y no tengo los medicamentos. Aquí en Cuba no me atienden porque me dicen que tengo que ir al hospital Cira García”, y añade que no tiene dinero.

El servicio de abogado le costaría entre 10 y 12 mil dólares. “Fui a poner uno, con dinero cubano y me dijeron que no, que ya, ante los ojos del mundo, yo no soy cubana”, concluyó.

Martí Noticias solicitó entrevistarse con Javier Araya Agüero, pero las autoridades de la prisión "La Condesa" no lo permitieron.