El señor de los relojes, el maestro que se encarga de cambiar la hora
Por Grit Büttner (dpa)
Rehna (Alemania), 24 mar (dpa) - En la noche del sábado al domingo se cambiará en Europa la hora de los relojes y se dormirá una hora menos, a las 02:00 serán las 03:00, y eso supone un montón de trabajo para el maestro relojero Günter Klein.
En su pequeño taller, en la localidad de Rehna (Mecklemburgo-Antepomerania), parece haber desaparecido la noción del tiempo, pero Klein, de 78 años, se prepara para una labor que se repite cada seis meses.
Tendrá que atrasar centenares de manecillas, pues se dedica a reparar relojes antiguos y de péndulo, que siguen contando con un mecanismo manual.
En su negocio, que antes que a él le perteneció a su padre y, desde 1998, a su hijo, tiene cronómetros que datan de siglos pasados, como un reloj de fachada de 1910, así como uno británico de estación de tren especialmente preciso de 1880.
Junto a estas antigüedades se escucha el tictac y los gongs de cientos de relojes de pared y de pie. "Aquí el tiempo se puede ver y se puede escuchar", asegura Klein en referencia a los complejos mecanismos de ruedecillas, agujas, correas, cadenas y péndulos que se ven en algunos relojes y que parecen funcionar por arte de magia.
Klein se encarga de desmontar regularmente esos mecanismos para limpiarlos y repararlos y que puedan seguir marcando el paso del tiempo.
En algunos de los relojes el tiempo se paró y sus agujas se han quedado fijas en la diez y diez o en las dos menos diez. Resulta difícil poner todos los relojes en hora. "Es un lío enorme", afirma Klein, quien ha tomado la decisión de sencillamente detener algunos de los cronómetros.
Los relojes que están en marcha tienen que funcionar con precisión, afirma este maestro relojero que de niño quería ser médico pero acabó apasionándose por el oficio de su padre.
Para que sus relojes funcionen a la perfección incluso ha ideado un aparato que le permite examinar con exactitud el movimiento del péndulo de los viejos aparatos. Así puede regular esos cronómetros de modo que los diferentes relojes tengan su tictac sincronizado, explicó. "Así todos funcionan exactamente a la vez".
Rehna (Alemania), 24 mar (dpa) - En la noche del sábado al domingo se cambiará en Europa la hora de los relojes y se dormirá una hora menos, a las 02:00 serán las 03:00, y eso supone un montón de trabajo para el maestro relojero Günter Klein.
En su pequeño taller, en la localidad de Rehna (Mecklemburgo-Antepomerania), parece haber desaparecido la noción del tiempo, pero Klein, de 78 años, se prepara para una labor que se repite cada seis meses.
Tendrá que atrasar centenares de manecillas, pues se dedica a reparar relojes antiguos y de péndulo, que siguen contando con un mecanismo manual.
En su negocio, que antes que a él le perteneció a su padre y, desde 1998, a su hijo, tiene cronómetros que datan de siglos pasados, como un reloj de fachada de 1910, así como uno británico de estación de tren especialmente preciso de 1880.
Junto a estas antigüedades se escucha el tictac y los gongs de cientos de relojes de pared y de pie. "Aquí el tiempo se puede ver y se puede escuchar", asegura Klein en referencia a los complejos mecanismos de ruedecillas, agujas, correas, cadenas y péndulos que se ven en algunos relojes y que parecen funcionar por arte de magia.
Klein se encarga de desmontar regularmente esos mecanismos para limpiarlos y repararlos y que puedan seguir marcando el paso del tiempo.
En algunos de los relojes el tiempo se paró y sus agujas se han quedado fijas en la diez y diez o en las dos menos diez. Resulta difícil poner todos los relojes en hora. "Es un lío enorme", afirma Klein, quien ha tomado la decisión de sencillamente detener algunos de los cronómetros.
Los relojes que están en marcha tienen que funcionar con precisión, afirma este maestro relojero que de niño quería ser médico pero acabó apasionándose por el oficio de su padre.
Para que sus relojes funcionen a la perfección incluso ha ideado un aparato que le permite examinar con exactitud el movimiento del péndulo de los viejos aparatos. Así puede regular esos cronómetros de modo que los diferentes relojes tengan su tictac sincronizado, explicó. "Así todos funcionan exactamente a la vez".
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