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Merkel niega haber engañado a los alemanes en escándalo de espionaje

Por Basil Wegener y María Laura Aráoz (dpa)

Berlín, 17 feb (dpa) - La canciller alemana, Angela Merkel, negó ayer haber engañado a la opinión pública alemana en el escándalo que estalló al salir a la luz que los servicios secretos de Estados Unidos espiaban de forma masiva en el país, incluido su propio teléfono celular.

En una comparecencia ante una comisión del Parlamento germano, Merkel sostuvo que cuando pronunció su famosa frase de "No está bien espiar entre amigos", desconocía que también el servicio alemán BND estuviese espiando a gran escala.

"No tuve ningún motivo para pensar que esta frase no fuese respetada por el BND", dijo ante los legisladores que investigan el escándalo desatado por las filtraciones del ex técnico de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) estadounidense Edward Snowden.

Merkel dijo que su frase de entonces seguía siendo válida. La jefa de Gobierno la pronunció en 2013 en reacción a la noticia de que también su teléfono había sido intervenido, un hecho que no fue probado pero tampoco negado por el entonces presidente estadounidense Barack Obama.

Más tarde se supo que también el BND había espiado a Gobiernos aliados e instituciones. La supervisión del servicio de inteligencia es competencia de la cancillería alemana, razón por la cual la oposición culpó a Merkel de engatusar a la ciudadanía.

Merkel rechazó las acusaciones y dijo que "no había sabido y no había podido saber nada". Según sus palabras, se enteró en junio de 2013 a través de los medios de la recopilación masiva de datos por parte de la NSA.

La noticia en 2013 de que el teléfono móvil de Merkel también había sido intervenido por los norteamericanos desató indignación en Alemania y tensó las relaciones entre Berlín y Washington.

La comisión parlamentaria puso bajo la lupa durante años la cooperación entre ambos servicios para recabar los datos a gran escala. La NSA suministraba a los alemanes lista de "selectores", es decir, correos electrónicos, números de teléfonos o direcciones IP de ordenadores para ser rastreadas en el flujo de datos.

El tema volvió al tapete en 2015 cuando se supo que el BND espiaba por cuenta propia con selectores datos de países socios.

Merkel sostuvo que no había sabido nada del tema hasta 2015 y que después ordenó una investigación interna. "Di instrucciones políticas muy claras". La jefa de Gobierno aseguró que se han tomado medidas para subsanar los fallos. "Confío en que esto no se repetirá en el futuro".

Antes de ser interrogada por los diputados, Merkel destacó la importancia de salvaguardar la esfera privada pero al mismo tiempo de proteger a la ciudadanía de la amenaza terrorista. "Al final siempre se trata de encontrar el equilibrio entre libertada y seguridad", dijo la mandataria.

La canciller fue llamada a declarar como última testigo de la comisión, que interrogó a cientos de personas durante tres años. El informe final de la comisión será publicado a finales de junio.