Derechos Humanos: Siria dejó caer bombas de cloro en Alepo

VOA

Una importante organización internacional de derechos humanos está acusando a las fuerzas gubernamentales sirias de dejar caer bombas de cloro prohibidas en áreas residenciales de una ciudad clave del norte por lo menos ocho veces el año pasado.


Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés), en un informe publicado el lunes, dijo que los ataques de cloro contra Alepo comenzaron el 17 de noviembre, cuando las fuerzas gubernamentales respaldadas por el poder aéreo ruso entraron en los sectores controlados por los rebeldes de la ciudad. El informe dijo que no encontró pruebas de que las fuerzas rusas que respaldaban la ofensiva estaban directamente involucradas en los ataques de cloro.

El video incluido en el informe muestra una explosión a distancia y un gas verde amarillento que se extiende desde el sitio de la explosión. Una fotografía fija muestra a cuatro niños muertos acostados lado a lado con un subtítulo que dice que los vapores tóxicos mataron a toda una familia. HRW dice que unas 200 personas sufrieron heridas.

La exposición de alto nivel al cloro causa asfixia, pero el producto químico industrial tiene muchos usos civiles controlados y no es por sí mismo ilegal. Sin embargo, la Convención Internacional de Armas Químicas, firmada por Siria en 2013, prohíbe el uso de las propiedades tóxicas en cualquier producto químico como arma. Más de 190 otras naciones también han firmado el acuerdo.

El informe también señala que el gas de cloro es más pesado que el aire y, por consiguiente, se hunde en los sótanos donde los civiles de Alepo se refugiaron de semanas de bombardeos intensos por aviones de guerra sirios y rusos.

"Cada ataque involucró una serie de botes que fueron abandonados a menudo por varios helicópteros", dijo el Director de HRW Louis Charbonneau. "Vimos en un caso tres helicópteros cayendo dos latas de gas de cloro cada uno, y esto fue utilizado para empujar [avanzar] la línea de frente" a medida que las fuerzas del gobierno se movían para retomar la ciudad entera.

El gobierno del presidente Bashar al-Assad ha negado repetidamente el uso de armas químicas en sus casi seis años de guerra contra los rebeldes y ha acusado a los monitores de derechos humanos y gobiernos occidentales de fabricar pruebas que implican a Damasco en tales ataques.

Por su parte, las Naciones Unidas han estado examinando pruebas de armamento químico y hasta el momento han implicado al gobierno de Assad en tres ataques de cloro en 2014 y 2015. Se espera una actualización de los hallazgos de la ONU en cuestión de semanas.

El funcionario de HRW, Ole Solvang, describió los ocho ataques como sistemáticos, "coordinados con la estrategia militar general de retomar Aleppo, [y] no el trabajo de unos pocos elementos pícaros". También dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU "no debe permitir que las autoridades sirias o cualquier otra persona" que utilice tales armas "salgan sin consecuencias".

El informe señala además que el número real de ataques químicos entre el 17 de noviembre y la tregua que entró en vigor el 13 de diciembre podría haber sido más alto que los ocho documentados en el informe del lunes. Otros testigos tomaron a los medios de comunicación social durante ese tiempo para informar de al menos 12 bombardeos de este tipo.