Automotrices alemanas y un nuevo negocio: autos robot compartidos

Por Annika Grah y Marco Engemann (dpa)

Stuttgart/Duisburgo, 27 feb (dpa) - El CEO de Daimler parece tener el futuro claro. Dieter Zetsche cree que pronto se terminará para siempre la búsqueda de un lugar de aparcamiento para su auto: «Llegará el momento en que llame un auto eléctrico por app cuando lo precise.» Todas las automotrices están trabajando para ajustar ideas sobre los vehículos de conducción autónoma y los servicios de autos compartidos. ¿Pero será posible armar un negocio rentable sobre estas bases?

Daimler anunció recientemente que planea ofrecer en unos años autos robot a través del servicio de transporte por app Uber. El consorcio alemán y la empresa estadounidense se quieren unir en un proyecto de cooperación a largo plazo. Los expertos no creen que se produzcan cambios espectaculares en lo inmediato. «Veremos varios de estos anuncios en los próximos tiempos», anticipa el experto Ferdinand Dudenhöffer del Car-Institut de la Universidad de Duisburgo-Essen, en Alemania.

La industria automotriz se enfrentó en los últimos años a diversos rivales llegados desde la tecnología de Internet. Google comenzó desarrollando su propio vehículo autónomo. Luego aparecieron Uber y Lyft, como así también el servicio de carsharing de Google amenazando con hacer inútil el auto privado.

Los fabricantes se apropiaron en tanto de la idea del auto compartido. BMW creó DriveNow junto con Sixt, presente en once grandes urbes europeas. Daimler lanzó al ruedo Car2Go en varios países europeos, China y Estados Unidos. Opel intentó primero convencer a los propietarios de alquilar su auto, ahora promueve un modelo propio de carsharing con el servicio Maven.

Daimler inauguró a principios de año un servicio llamado Croove, que permite a los propietarios de Mercedes alquilar su auto. Geely, la empresa china matriz de Volvo, planea que un todoterreno creado especialmente para este fin pueda ser cedido por una app a otras personas.

Y esto no es todo. No sólo se le pretende quitar a las personas el agobio de buscar aparcamiento, sino también el de tener que conducir. Tesla está desarrollando su propia plataforma que permitirá a los propietarios de autos robot de la marca del motor eléctrico ganar dinero cediendo sus vehículos a terceros. Volkswagen se alió el año pasado a Gett, el competidor israelí de Uber, que ofrece servicios en más de cien ciudades. Y proyecta lanzar con su nueva subsidiaria Moia, basada en Berlín, servicios shuttle en las ciudades que sirvan de complemento al transporte público.

Pero podrían surgir algunos problemas para la comercialización de autos, si sólo se los utiliza para traslados de un punto a otro. «Es importante que se mantenga el contacto con el cliente», dice Dudenhöffer. Caso contrario se perdería el atractivo de argumentos de venta como la motorización o el diseño. Encarar una amplitud de posibilidades será probablemente la mejor salida, afirma el experto. «Hay muchos caminos que llevan a Roma.»

Zetsche no teme que el diseño o la motorización pierdan su atractivo para el comprador del futuro. Por el contrario, estima que justamente los autos de clase superior, como son la mayor parte de los comercializados por Daimler, se impondrán en la economía del auto compartido. «El lujo será más accesible y por tanto se multiplicará», asegura. También estima que seguirá habiendo compradores privados en el futuro, aun cuando el sistema compartido ocupe una proporción importante del mercado. Las nuevas formas de utilización del auto sólo funcionarían en las zonas de alta densidad de población.

Lo que no está claro es si estos servicios serán rentables. El carsharing de Daimler no da ganancias hasta ahora. Es parte de la naturaleza de la cuestión que los modelos de negocios basados en apps tengan fases de inversión prolongadas, señala el director de Finanzas del consorcio alemán, Bodo Uebber.

Se debe poner mucho dinero en marketing y publicidad para que se hagan realidad las expectativas de rentabilidad. Uebber cuenta con que a la larga rinda invertir dinero en marcas como el servicio myTaxi: «Llega el momento en que uno lo ha logrado.»