Activistas instan a Unilever a presionar Myanmar, ayuda Rohingya

VOA

Los activistas están instando a Unilever, un inversionista importante en Myanmar, para hablar contra el tratamiento del país de su minoría de Rohingya, que el U.N. ha dicho puede ser llamado "crímenes contra humanidad".


Más de 10.000 personas se han unido al grupo de Facebook para la campaña, conocido por el #WeAreAllRohingyaNow, y cientos han firmado. Una carta enviada esta semana al CEO de Unilever, Paul Polman, pidió a la compañía que aclarara su postura sobre el Rohingya.

"El silencio frente al genocidio, mientras que hacer negocios, simplemente no es una opción", dijo Jamila Hanan, organizadora de campaña con sede en Gran Bretaña. "Las corporaciones multinacionales deben empezar a hablar. Deben ser obligados a usar su poder e influencia para ayudar a crear una sociedad más justa en las regiones en las que operan ".

Unilever no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

Derechos de ciudadanía

Grupos de derechos humanos acusan al ejército de Myanmar de quemar hogares, asesinatos masivos y violaciones en su campaña de contrainsurgencia en el estado de Rakhine, donde vive la mayoría de los 1 millón de Rohingya.

Los musulmanes Rohingya han enfrentado desde hace tiempo discriminación sistemática en Myanmar, un país mayoritariamente budista. La mayoría no tienen ciudadanía y son considerados inmigrantes ilegales de Bangladesh, incluso cuando viven en Myanmar desde hace generaciones. El grupo #WeAreAllRohingyaNow está buscando una restauración de los derechos de ciudadanía negados a los Rohingya por un gobierno militar en 1982.

Hanan dice que el grupo eligió apuntar a Unilever porque ha sido sensible a los activistas en el pasado.

Defender la responsabilidad social

Unilever, con unos 55.000 millones de dólares en ingresos el año pasado, es una de las compañías de bienes de consumo más grandes del mundo. Miles de millones de personas en todo el mundo compran jabón Dove, té Lipton y mayonesa Hellmann de Unilever.

La primera fábrica de la compañía en Myanmar abrió en 2013. Ahora fabrica comida y champú cerca de Yangon.

Polman es un importante defensor de la responsabilidad social corporativa y ha ganado decenas de premios en ocho años en el timón de Unilever. Recientemente firmó una carta abierta a la U.N. citando preocupaciones acerca de las ofensivas militares de Myanmar en el estado de Rakhine, pero no en nombre de Unilever, que ha mantenido en silencio la política del país.