Por Heinz Büse (dpa)
Dortmund (Alemania), 3 abr (dpa) - Cientos de aficionados se retiraron antes del silbato final, pues la alegría por el regreso por primera vez en más dos años al estadio del Borussia Dortmund se esfumó con la derrota por 4-1 ante el Leipzig.
Lo que había sido planeado como una fiesta del fútbol tras la eliminación de las restricciones por el coronavirus terminó con silbidos desde las tribunas.
Los visitantes, muy eficientes, le aguaron la fiesta a un Dortmund desencajado, segundo en la tabla de la Bundesliga alemana que tenía como objetivo no perderle pisada al líder Bayern Múnich.
El técnico de los aurinegros, Marco Rose, no ocultó su frustración: "Un resultado extremadamente amargo. En realidad queríamos tomar impulso para el cierre de la temporada, pero nos frenamos".
A diferencia de lo que se esperaba, la afluencia de 81.365 espectadores, que no se había producido desde hacía 763 días, no ayudó al Borussia Dortmund a conseguir ninguna sensación de logro sobre los rivales.
Los goles de Konrad Laimer (21 y 30 minutos), Christopher Nkunku (57') y Dani Olmo (86') acabaron con los sueños de una trayectoria ascendente estable del seis veces subcampeón alemán.
El intento de Mats Hummels de maquillar un poco el bajo rendimiento apenas sirvió para limitar los daños. "Fue un triunfo de la efectividad. En ningún caso fue un partido para un 4-1. No hay que actuar como si estuviéramos contra la pared", sostuvo el jefe de la defensa, en referencia a la fuerte fase inicial en la que Marco Reus y Erling Haaland tuvieron posibilidades.
Pero la forma en que el Dortmund reaccionó al doblete de Laimer en su partido número 103 en la Bundesliga no fue digna de un equipo de primer nivel.
Ahora, a nueve puntos del líder, el Bayern Múnich, quien fuera campeón del mundo en 2014 declaró que la lucha por el título terminó definitivamente. "Ya no hay que mirar hacia arriba", afirmó.
Hummels fue molestado reiteradamente por algunos aficionados que pedían la salida de Rose. Pero la continuidad del entrenador no está en cuestión, pese a que este nuevo revés hizo recordar las dolorosas derrotas ante el Ajax (4-0), el Bayer Leverkusen (5-2) y el Glasgow Rangers (4-2).
El futuro director deportivo del Dortmund Sebastian Kehl manifestó incluso antes del partido su apoyo al entrendador, que llegó a principios de temporada del Borussia Mönchengladbach por cinco millones de euros (5,52 millones de dólares).
"Estamos convencidos que estamos en el camino correcto con Marco. Se necesita un poquito de tiempo", declaró Kehl en una entrevista con el periódico "Süddeutschen Zeitung".
Con ayuda del entrenador de 45 años, el Dortmund encarará el próximo verano europeo una necesaria reconstrucción del plantel. "Básicamente puedo decir que nos esforzamos por hacer cambios, las conversaciones están en marcha. Sabemos que queremos o incluso tenemos que hacer algo en un lugar u otro", comentó.
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