"Método Fassbinder", muestra en Alemania recuerda al famoso cineasta

Por Christoph Driessen (dpa)

Bonn, 9 sep (dpa) - En 1982 se produjo en Nueva York un extraño encuentro entre el artista pop Andy Warhol y el director estrella alemán Rainer Werner Fassbinder.

El cineasta fumaba muchísimo, era alcohólico, estaba algo pasado de peso, pálido y tenía problemas con la cocaína. Por eso, le debe haber parecido bastante extraño que el delgado Warhol presentara su entrenadora personal y le preguntara: "¿Usted también hace gimnasia?".

Fassbinder no hizo más que mirarlo fijo. En su diario, Warhol escribió: "Un tipo raro, este Fassbinder".

"Raro" era sin embargo una descripción bastante suave teniendo en cuenta las que le reservaban otros. Fassbinder era considerado alguien que espantaba a la burguesía, que destruía habitaciones de hotel y podía tener un ataque de ira si el col que le servían no sabía como el de su madre.

Una exposición en el museo Bundeskunsthalle en Bonn presenta a partir de mañana viernes y hasta el 6 de marzo de 2022 otra imagen del cineasta. Allí, Fassbinder aparece como un trabajador disciplinado, un productor diligente y un conocedor profundo de la literatura. Para montarla, los curadores Susanne Kleine, Hans-Peter Reichmann e Isabelle Louise Bastian se basaron en su amplio legado.

Fassbinder, nacido en 1945 en el estado de Baviera, pocos días después de la capitulación alemana al final de la Segunda Guerra Mundial, se crio en Múnich, donde su abuela ya lo llevaba al cine cuando tenía cinco años. "Aprendí todos mis sentimientos en el cine", reconoció.

Muy pronto, anunció a su madre que cuando fuera mayor haría películas. Otra cosa le quedó en claro ya por ese entonces, como recordaría ella más tarde: "A los 14 entró a la cocina y me dijo radiante: 'Mami, soy gay'. Lo primero que pensé es que debía mandarlo al psiquiatra".

Después de estudiar actuación, Fassbinder llegó al cine tras pasar por el teatro. Su salto a la fama se produjo en 1969 con "Liebe ist kälter als der Tod" ("El amor es más frío que la muerte"). Más que ningún otro artista, reflejó en su obra a la joven República Federal de Alemania, aunque de forma muy sutil.

En su adaptación al cine de la novela "Effi Briest", de Theodor Fontane, se atuvo estrictamente al precedente literario, tomando diálogos completos de la novela publicada en 1895. Sin embargo, muchos espectadores, sobre todo las mujeres, pudieron descubrir el efecto devastador de las limitaciones sociales y del estar atrapado en viejas estructuras.

"Tenía imágenes en la cabeza y luego las plasmaba de forma muy estructurada", explica la curadora Kleine. "Por eso, llamamos conscientemente a la muestra 'Método Rainer Werner Fassbinder', porque queríamos reflejar su abordaje metódico, su forma inteligente de pensar sobre las cosas", añadió.

Sus 45 películas fueron rodadas con gran velocidad, a veces en apenas días. Mientras filmaba una, ya estaba reuniendo fondos para otra. "Un día en un año es una vida", decía. "Podré dormir cuando esté muerto".

No siempre logró separar lo laboral y lo privado. Los actores y actrices con los que trabajaba eran también sus amigos y amantes, su familia sustituta. "Se permitía cosas que los demás no se permitían", dijo alguna vez la actriz Brigitte Mira sobre él. "Él era él, y era muy poco alemán", afirmó.

La muestra presenta un amplio material de archivo con fotos, carteles y fragmentos de películas. Una detallada línea temporal con acontecimientos importantes sobre la política y la cultura en la joven Alemania Occidental une las salas de exposición entre sí. Esto hace que visitar la muestra sea para las personas mayores como un paseo por su propia vida.

"Quiero ser para el cine lo que fue Shakespeare para el teatro", solía decir Fassbinder. El hombre que nunca se tomaba vacaciones vivió con la misma intensidad con la que trabajaba. El 10 de junio de 1982, diez días después de cumplir 37 años, murió en Múnich de una sobredosis de cocaína.

De acuerdo con el curador Reichmann, después de la muerte de Fassbinder el cine alemán volvió a ser provinciano y estar plagado de comedias insignificantes. "Ese momento causó el gran corte".