Si bien una cuarta parte de los encuestados confesó haber pensado en el medio ambiente al menos una vez al hacer sus reservas de viajes en los últimos doce meses, otra cuarta parte dijo en cambio que no se planteaba ese tipo de cuestiones al hacer una reserva de viaje.
Otro cuarto de los encuestados apuntó que el clima no influyó en sus viajes en este periodo porque de todas formas no tenían alternativas de movilidad. El 25 por ciento restante afirmó no haber viajado en los últimos 12 meses.
Una gran parte, casi el 60 por ciento de los entrevistados, señaló al tren, como era de esperar, en respuesta a la pregunta sobre qué medio de transporte provoca menos daños al medio ambiente en tramos de alrededor de 300 kilómetros.
Lo llamativo fue que uno de cada cinco encuestados en Alemania respondió que era el auto, lo que representó una mayor cantidad de personas que en cualquiera de los cinco países de la Unión Europea (UE) en los que se llevó a cabo la encuesta. Sólo un tres por ciento mencionó el avión en este punto.
Por ahora, no se reconoce un cambio de hábitos en cuanto a viajes debido al incesante aumento del número de pasajeros de avión. De acuerdo con un estudio de la organización independiente Consejo Internacional sobre Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés), el creciente tráfico aéreo afecta cada vez más al clima en todo el mundo.
Un documento de trabajo del ICCT difundido en septiembre señala que en un periodo de cinco años, las emisiones mundiales de dióxido de carbono de los aviones crecieron casi un tercio, a 918 milones de toneladas en 2018.
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