La Premio Nobel de la Paz Nadia Murad se une a los esfuerzos de la FAO para acabar con el hambre

FAO

Murad, premiada este año, se integra en la Alianza por la seguridad alimentaria y la paz


10 de diciembre 2018, Oslo/Roma – Nadia Murad, activista iraquí por los Derechos Humanos y Premio Nobel de la Paz 2018, se unió hoy a los esfuerzos de la FAO para abordar el doble problema de la violencia y el hambre a través de la Alianza de la FAO con los Premio Nobel de la Paz para la Seguridad Alimentaria y la Paz.

El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, le entregó un diploma de la Alianza con ocasión de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz celebrada en Oslo.

Murad, que se convirtió en la cara visible de las mujeres que sobrevivieron a la violencia sexual del Estado Islámico, y el cirujano ginecológico Denis Mukwege, fundador de un hospital en la República Democrática del Congo, recibieron el Premio Nobel de la Paz 2018 por su incansable esfuerzo contra el uso de la violación como arma de guerra y de conflictos armados.

Lanzada en 2016, la Alianza apoya el trabajo de la FAO para reforzar los vínculos existentes entre la paz y la seguridad alimentaria, y es parte del trabajo de la agencia para promover el desarrollo sostenible y la resiliencia en todo el mundo.

La Alianza incluye al expresidente de Costa Rica Oscar Arias Sánchez, la promotora de los derechos de las mujeres Tawakkol Karman, la activista por el fin de la violencia interreligiosa Betty Williams, el creador de los microcréditos Muhammad Yunus, el expresidente de Colombia Juan Manuel Santos, el activista argentino Adolfo Pérez Esquivel y el expresidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk.

No habrá paz sin seguridad alimentaria

“No nos falta ninguna evidencia: si el conflicto aumenta, el hambre aumenta. La relación es directa”, afirmó José Graziano da Silva dando la bienvenida a Murad a la Alianza. “Le agradezco enormemente su compromiso y pongo la FAO a su disposición para apoyar su trabajo y sus esfuerzos para la paz mundial”.

Graziano da Silva destacó el papel de la guerra y los conflictos como impulsores del aumento del hambre en el mundo y lamentó que el gasto militar continúe aumentando mientras los países dedican recursos escasos a la lucha contra el hambre.

Las áreas rurales y sus poblaciones, particularmente las mujeres, continúan siendo las más afectadas en los conflictos, ya que los ataques en las comunidades agrícolas socavan los medios de vida rurales y fuerzan a la gente a desplazarse de sus hogares. Apoyar a los agricultores y empoderar a las mujeres rurales es crucial para prevenir los desplazamientos y el acoso.