La realidad se cuela en la lista de los 100 más poderosos del arte

Por Dorothea Hülsmeier (dpa)
Londres, 9 nov (dpa) - Desde hace años la lista "Power 100" de los más influyentes en el mundo del arte está encabezada por los mismos nombres: galeristas, coleccionistas multimillonarios e influyentes comisarios de exposiciones. Este año la prestigiosa revista de arte británica "ArtReview" coloca en primera posición al galerista alemán afincando en Nueva York David Zwirner, pero la verdadera sorpresa llega dos puestos más abajo.


Mujeres que se rebelan y artistas negros están sacudiendo el sistema del arte. Con la campaña de alcance global #MeToo contra las agresiones sexuales y el abuso de poder, un movimiento social se coloca por primera vez en la lista y lo hace además en los primeros puestos: en tercer lugar. Además, el artista crítico afroamericano Kerry James Marshall se ve catapultado del puesto 68 al segundo.

"Vivimos en un tiempo en el que políticamente uno se tiene que distinguir de forma más clara", afirma la galerista berlinesa Esther Schipper, que este año vuelve a estar situada en mitad de la lista "Power 100".

El hecho de que el #MeToo se haya convertido una cuestión de poder en el arte le parece justo. "Justo en un área donde se piensa de forma avanzada y que implica un contenido vanguardístico precursor, es especialmente indignante que haya tanto abuso en nuestras filas", dijo.

Los abusos de los que ha sido acusado el productor de Hollywood Harvey Weinstein desencadenaron el movimiento #MeToo, que también condujo a dimisiones de destacadas figuras del mundo del arte. La campaña mundial contra los abusos sexuales ha abierto además un debate sobre cuánta piel desnuda de mujer se debería mostrar en los museos. Es decir, que la cuestión de la libertad artística se replantea de nuevo con el #MeToo.

Por ejemplo, la Galería de Arte de Manchester retiró con gran despliegue de cámaras el óleo de John William Waterhouse "Hilas y las ninfas" (1896). Además, miles de personas se sumaron a una petición online para retirar del Museo Metropolitan de Nueva York el cuadro de Balthus "Thérèse Dreaming", en el que se ve a una muchacha con la falda levantada.

Creo que no sería tan poderoso si no fuera necesario", dijo a dpa sobre el #MeToo Mark Rappolt, editor de "ArtReview". "Existe una creciente preocupación sobre cómo usamos el poder. Eso lo pone de manifiesto también la lista de este año", agregó Rappolt, quien explicó además que en el arte existe el deseo de "contar una historia más amplia".

Hay que reconocer de una vez "que determinada gente ha sido apartada de la historia del arte y el arte contemporáneo".

El artista Kerry James Marshall, que en Estados Unidos es celebrado con grandes exposiciones, centra su obra en figuras de negros. Según el museo Met-Breuer de Nueva York, se trata de "una testaruda y festiva reivindicación del ser negro en un medio en el que los afroamericanos a menudo son invisibles".

Y en ese sentido también figura el poeta afroamericano Fred Moten, que aparece por primera vez en este listado y lo hace en la décima posición. Para Rappolt el poeta es un ejemplo de las "nuevas voces de fuera" que hasta ahora habían quedado excluidas del debate artístico.

En ese sentido es también una novedad el ingreso en el puesto 23 del primer iberoamericano, el filósofo español Paul B. Preciado, transexual y feminista, que ha destacado por sus aportaciones a la teoría "queer" y de género.

No obstante, el dinero sigue siendo el que manda en el mundo del arte. El galerista Zwirner figura desde hace años en los primeros puestos de la lista. El volumen de negocio anual de las galerías de Zwirner (en Nueva York, Londres y Hong Kong) ronda los 500 millones de euros, según apuntan los medios.

Los artistas a los que Zwirner representa son en su mayoría estrellas de fama mundial como Marshall, que es uno de los artistas negros más cotizados en vida, pero también coloca en el mercado a creadores emergentes como el de origen colombiano Óscar Murillo, por cuyas obras se pagan cientos de miles de dólares.

Que el arte indaga en las mentiras del Estado lo pone de manifiesto el colectivo de investigadores Forensic Architecture, que dirige el arquitecto y defensor de los derechos humanos israelí Eyal Weizman, quien este año ha sido catapultado al noveno puesto tras figurar el año pasado en el 94. Su instituto, que participó en la documenta 2017, recoge pruebas de violaciones de los derechos humanos a través del urbanismo y la arquitectura.

"La lista de 'Power 100' muestra que el arte es mucho más complejo de de como se presenta de forma genérica", aseguró Rappolt.