Jürgen Klopp, jugador como tantos, técnico como pocos

Por María Laura Aráoz (dpa)
Berlín, 24 may (dpa) - "Soy la confianza personificada. Si yo conseguí llegar hasta acá, entonces cualquiera lo puede lograr", se definió una vez el alemán Jürgen Klopp, un jugador como tantos pero un entrenador como pocos que podría llevar el sábado al Liverpool a conquistar su sexta Copa de Europa.


Jürgen Norbert Klopp nació el 16 de junio de 1967 en Stuttgart pero creció en Glatten, una localidad de la Selva Negra de poco más de 2.000 almas.

Allí comenzó a jugar en equipos juveniles de fútbol hasta pasar al de la vecina Ergenzingen, impulsado sin pausa por su padre Norbert, un hombre poco dado a los elogios.

"Había otros cinco que eran mejores", contó Klopp de esa primera etapa. "Pero por su personalidad era mucho más maduro que muchos", recordó Walter Baur, su entrenador de entonces.

Klopp abriga hasta ahora la sospecha de que el Ergenzingen lo fichó porque su padre se ofreció a llevar en coche a él y a otro jugador del Glatten llamado Jürgen Haug, que era mejor que él y que también cambiaba de club.

Pero Klopp demostró en poco tiempo que podía liderar al equipo. Se lució como delantero, organizó el programa de los festejos navideños del club y consiguió que el técnico Walter Baur pasase de entrenar el equipo juvenil a dirigir plantel de la categoría de aficionados, a la que se había incorporado Klopp. Años más tarde, Baur sería su "scout" en el Borussia Dortmund.

"Nunca pensé que fuese a ser jugador profesional, pero su ambición y su determinación se saldaron con creces", dijo Baur, quien al poco de ficharlo lo nombró capitán del conjunto.

"Teníamos por lo menos a cinco jugadores con cualidades de liderazgo, pero cuando a 'Kloppo' se le metía algo en la cabeza, entonces se hacía lo que él decía", describió al carismático futbolista.

Klopp recuerda con mucho cariño esa etapa en Ergenzingen. "Estaba prohibido tirar al arco. El técnico nos ponía a hacer malabarismos con la pelota. Después de medio año podríamos haber actuado de foca en cualquier fiesta", bromeó.

En julio de 1986 llegó el Eintracht Frankfurt a Ergenzingen para un amistoso. Klopp se lució con el gol de honor en la paliza de 9-1 que recibieron de manos del Franfkurt.

A partir de entonces, el técnico del Frankfurt Dietrich Weise preguntaba una y otra vez a Baur por Klopp. El atacante pasó primero a engrosar las filas del Pforzheim antes de ser contratado por la división de amateurs del Frankfurt por deseo de Weise.

Klopp fichó después por el Mainz, por entonces en la segunda división y que se convertiría en el club de sus amores. Allí, este hombre de 1,91 metros de altura dejó la delantera para cuidar de la zaga. Sin una gran técnica pero con mucho corazón y garra pronto se ganó el corazón de la hinchada.

"Nos cambiábamos en un contenedor y la ropa nos la teníamos que lavar nosotros mismos (...) Éramos una tropa muy divertida pero sin perspectiva", describió a su plantel.

Para el Mainz pateó en total once años durante los cuales completó sus estudios en ciencias del deporte en la Universidad Goethe de Fráncfort y fue padre de un varón.

"Pensé, ahora dejo esto y hago algo decente, pero no logré dar el salto", contó en una entrevista con la emisora pública SWR. "Cuando terminé los estudios dejé escapar la oportunidad de empezar a trabajar y cuando se acabó la etapa de futbolista profesional era ya un problema presentarme para un puesto de trabajo en algún lado".

En 2001, cuando ya tenía decidido prolongar por un año su carrera futbolística le llegó la oferta de dirigir de forma interina a su propio equipo. Bajo sus órdenes, el Mainz evitó el descenso a tercera y después subió por primera vez en su historia a la máxima categoría.

"Siempre quise entrenar. Es lo que más me gustaba y creo que es lo mejor que sé hacer. Pero al principio no podía ir por el mundo diciendo: 'No soy muy buen jugador, pero sí puedo ser un entrenador pasable".

Para ello le sirvió la carrera universitaria, que cerró con un trabajo de maestría sobre la marcha atlética. "Fue la primera tesis sobre este tema en Alemania. No podíamos plagiar porque no había casi nada escrito sobre el tema", señaló este trabajador meticuloso en declaraciones con motivo de un festejo de su universidad.

Siendo técnico del Mainz, Klopp cautivó al público televisivo alemán analizando los partidos de la selección en el Mundial de 2006 y en la Eurocopa de 2008.

En ese último año se despidió del Mainz para hacerse cargo del Dortmund, con el que alzaría dos títulos de Liga, una Copa -el primer doblete para el tradicional club- y llegaría a la final de la Liga de Campeones con un fútbol arrollador de pressing y transiciones rápidas. Ahora vuelve a la final de la Champions a bordo del Liverpool y está a 90 minutos de escribir su mayor éxito como entrenador.