Mensaje del Secretario General sobre Venezuela


En los ámbitos nacional e internacional tenemos principios y valores establecidos a nuestra disposición.


Ellos significan muchas veces tristezas porque no están ahí, dónde y cuándo los necesitamos. Esa es la historia de la comunidad internacional. El silencio permitió el ascenso de Hitler o el genocidio en Ruanda.

El otro día decía que "Debemos ser fuertes para ser coherentes". Los pueblos sacan la fortaleza de sus entrañas.

Sé que mi voz es una pesadilla contra la impunidad de aquellos que asesinan gente en las calles o torturan en los calabozos. Para aquellos que violan cada libertad fundamental. Para aquellos que prefieren silencio y calma ante esos crímenes.

Sé que el levantamiento de los venezolanos con dignidad es una pesadilla para el régimen que los oprime, para aquellos de la comunidad internacional que prefieren la "PAZ" de la intimidación y el amedrentamiento que surge de la violación de cada uno de los derechos del pueblo.

Un día esa pesadilla terminará, deberá ser el día de la alegría que da sentir la libertad.

Pero en la OEA no hay silencio cómplice, 20 países han llamado al régimen a detener la violencia. Muchos de ellos lo han denunciado con su propia voz en el plenario de la Asamblea General.

Prácticamente las mismas voces que la del pueblo venezolano.

Aquellos que representan más del 90% de nuestros compatriotas americanos, americanos del Sur, del Centro, del Norte, del Caribe, que alzaron su voz para condenar y pedir soluciones. Obviamente, también pedimos respeto para aquellos países que no lo hicieron, porque cada país es soberano para tomar las decisiones que entiendan pertinentes.

Y porque además, todos juntos deberemos seguir trabajando y construyendo paz y democracia sin impunidad en el continente.

He recibido públicamente una propuesta de negociación, mi renuncia a cambio del regreso de Venezuela a la OEA.

He aquí mi respuesta: Yo renunciaré a la Secretaría General de la OEA cuando se realicen elecciones nacionales libres y transparentes, con observación internacional y sin inhabilitados, cuando se libere a todos los presos políticos listados por el Foro Penal Venezolano y se amnistíe a los exiliados; cuando se reconozcan los plenos poderes a la Asamblea Nacional, cuando se abra un canal humanitario de alimentos y medicamentos para los venezolanos más desprotegidos y cuando se juzgue a todos los asesinos de cada uno de los manifestantes, así como a su cadena de mando.

También cuando haya un Tribunal Supremo de Justicia independiente, un Consejo Nacional Electoral independiente y se detenga el proceso inconstitucional de la Asamblea Nacional Constituyente.

Lamentablemente, son muchas las cosas necesarias para la libertad de Venezuela. Ofrezco mi cargo a cambio de la libertad de Venezuela.

Porque nunca vamos a renunciar, jamás renunciaremos hasta tener en nuestras manos la libertad de Venezuela