Cazadores alemanes evitan la muerte de crías mediante drones


Por Fabian Nitschmann y Matthias Balk (dpa)
Nördlingen (Alemania) 29 may, (dpa) - Desde hace dos semanas, la alarma del despertador de Rupprecht Walch y Dieter Hampel suena a las tres de la madrugada. A más tardar a las cuatro, los dos se adentran en los campos sembrados de los alrededores de Nördlingen, en el sur de Alemania, mietras sobre sus cabezas ronda un dron.


Durante cuatro horas, Walch y Hampel se dedican a buscar corcinos para protegerlos de una muerte segura bajo las cosechadoras. El período de la siega es muy peligroso para las crías de corzo. Las cosechadoras son cada vez más grandes y veloces, pero los corcinos no se dejan perturbar en medio de los pastizales.

"Entre la primera y la cuarta semana de vida, los corcinos aún no han desarrollado el instinto de fuga", explica Walch, que se dedica a la caza profesional. En lugar de huir de las peligrosas máquinas, los animales se agazapan y permanecen donde están, por lo que cada año muere un gran número de ejemplares jóvenes. Este año, Walch y su compañero, el cazador voluntario Hampel, se valen de un dron equipado con cámara térmica para evitar tales accidentes, al menos en su región.

Cuanto más frío hace, más fácil resulta a Walch y Hampel detectar a los corcinos en sus escondrijos. Las crías "irradian una temperatura de unos 25 grados. Por eso es que el mejor momento para divisarlos es la madrugada", explica Walch. El piloto del dron guía a su compañero hasta el sitio indicado mediante un aparato de radio para que pueda retirar al corcino del sembradío.

El método está surtiendo efecto: al cabo de dos semanas, Walch y Hampel han rescatado a unos 80 animales. "Trasladamos a los corcinos con guantes de goma y con pasto" del sitio donde los encuentran, explica Walch. Por eso no han surgido problemas con las corzas madres, que vuelven a hacerse cargo de sus crías a pesar de que éstas han estado en contacto con seres humanos.

Gracias al uso del dron, Walch y Hampel pueden observar una hectárea de pastizal en cinco minutos. Según sea el tipo de terreno, logran rastrear corcinos en una superficie de entre 20 y 30 hectáreas antes de las ocho de la mañana, cuando sube la temperatura y los animales ya no son fáciles de detectar.

El uso de vehículos aéreos no tripulados promete ser un método eficaz para proteger a los corcinos. El Centro Alemán de Investigaciones Aeronáuticas también se interesa por la protección de animales de caza y ha desarrollado un dron equipado con sensores.

"Es inadmisible que aquí mueran corcinos habiendo tantas posibilidades técnicas", destaca Hampel. Por eso la meta es rescatar al mayor número de crías posible. "Esto es motivación suficiente para obligarse a saltar de entre las sábanas cada mañana."